Urquía su nombre significa Ojos de Águila, pertenecía a la etnia de los Teques. Guerrera, cacica con el prototipo de mujer amazónica. Fue la esposa de Guaicaipuro, Madre de Baruta y de los hijos de
Guaicaipuro.
Con la llegada de los españoles, con armas y con violencia, alteró el
rumbo de la vida de todos los habitantes de la región. Guaicaipuro en calidad
de jefe convocó a todas las comunidades de su circunscripción, quienes
respondieron al llamado de inmediato. Entre las delegaciones llegaba Urquía, en
un bello palanquín, cargado sobre los hombros de dos indígenas. “Ella no pudo
resignarse a permanecer en el bohío de los teques sintiendo pasar las horas, cuando
su compañero adorado andaba en fatigas y angustiado por la patria, por ella y
por sus hijos”.
Desde entonces la princesa combatió junto a su pueblo, se mantuvo a la
ofensiva, atacando al enemigo, incentivando la unión de las diferentes tribus y
promoviendo la resistencia indígena.
Después de la muerte del gran cacique a manos de los españoles en 1568,
a Urquía le correspondió el honor de investir a su hijo Baruta como Cacique:
“Sean estas tres plumas rojas el símbolo de la sangre de tu padre y de tu pueblo,
que ha sido derramada por el invasor que viene a arrebatarnos nuestra tierra.
Defiéndelas con honor”.
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